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Celebración del 50º aniversario de la Ley de Inmigración y Nacionalidad

Summary: 
La Casa Blanca organizó una ceremonia especial de naturalización para conmemorar el 50º aniversario de la INA.

Hace cincuenta años, el 3 de octubre, el Presidente Lyndon B. Johnson ratificó con su firma la ley de Inmigración y Nacionalidad de 1965 (INA). Esta reforma de nuestro sistema de inmigración marcó un cambio importante y muy necesario en nuestras políticas de inmigración al poner fin a un sistema discriminatorio de cuotas y prohibir la discriminación por nacionalidad de origen. Fue parte de una serie de leyes fundamentales de derechos civiles promulgadas en 1965, que incluyeron la Ley de Derecho al Voto y la Ley de Derechos Civiles. 

Como declaró el Presidente Obama, “Los Republicanos y los Demócratas que se unieron para promulgar la INA estuvieron impulsados por un deseo de ampliar oportunidades para todos y mantener viva nuestra herencia como una nación de inmigrantes.” Con la promulgación de la INA, nuestra nación abrió sus puertas a los inmigrantes de todos los rincones del mundo.

La Casa Blanca organizó una ceremonia especial de naturalización para conmemorar el 50º aniversario de la INA. En la ceremonia, les dimos la bienvenida a catorce nuevos ciudadanos estadounidenses provenientes de trece países distintos alrededor del mundo.  El Secretario Adjunto de Seguridad Nacional Alejandro Mayorkas y el Director de Servicios de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos Leon Rodriguez presidieron la ceremonia, y el autor e historiador ganador del premio Pulitzer Taylor Branch realizó comentarios sobre el cambio histórico que trajo la INA como parte de la legislación sobre derechos civiles. Como señaló el Sr. Branch, “Durante los últimos cincuenta años, nuestra apertura a los solicitantes de todas las naciones ha transformado la cara de Estados Unidos de manera literal y figurativa.”

INA

Los nuevos ciudadanos de Estados Unidos naturalizados hoy son un símbolo de estos cambios. Entre ellos, había empresarios, médicos, enfermeras, maestros y muchos otros. Llegaron a Estados Unidos desde El Salvador, Chile, Venezuela, China, Pakistán, Marruecos, las Filipinas y Etiopía, por nombrar algunos países. Tienen experiencias e historias muy ricas y diversas.

Sin embargo, hay una cosa que los une a todos en la actualidad: su deseo de convertirse en ciudadanos de Estados Unidos y su compromiso con nuestro país, nuestros valores y nuestros ideales. Como dijo uno de ellos, “Para mí significa mucho vivir en un país donde se respeta a todos y se trata a todos de igual manera”. Ese es uno de los principios fundamentales sobre los que se edificó nuestra nación, y la creación de igualdad en nuestro sistema de inmigración fue uno de los componentes claves de la ley que celebramos hoy.

Es también el motivo por el cual la Casa Blanca ha priorizado la necesidad de dar la bienvenida a los inmigrantes y refugiados a nuestras comunidades locales a través de la campaña Desarrollo de comunidades acogedoras. Hay más de 41.3 millones de residentes nacidos en el extranjero que viven en Estados Unidos y contribuyen a la vitalidad de nuestro país y sus comunidades, incluyendo más de 3 millones de refugiados que se han asentado aquí desde 1975.

Hace solamente dos semanas el Presidente Obama también dio a conocer un videomensaje cuando anunciamos la “campaña de concientización ciudadana Más Firme, Más Fuerte”. Es menester subrayar los derechos y las responsabilidades de los ciudadanos. De los 13.3 millones de personas que viven legalmente en Estados Unidos, aproximadamente 8.8 millones son elegibles para tramitar la ciudadanía. Aplaudimos a esas 14 personas que se convirtieron hoy en ciudadanos por la fortaleza, paciencia y coraje que fueron necesarios para llegar a este punto. Y ahora, ellos pueden seguir su camino y añadir sus contribuciones particulares a la historia de nuestra nación como ciudadanos de Estados Unidos.Hace cincuenta años, el 3 de octubre, el Presidente Lyndon B. Johnson ratificó con su firma la ley de Inmigración y Nacionalidad de 1965 (INA). Esta reforma de nuestro sistema de inmigración marcó un cambio importante y muy necesario en nuestras políticas de inmigración al poner fin a un sistema discriminatorio de cuotas y prohibir la discriminación por nacionalidad de origen. Fue parte de una serie de leyes fundamentales de derechos civiles promulgadas en 1965, que incluyeron la Ley de Derecho al Voto y la Ley de Derechos Civiles. 

Como declaró el Presidente Obama, “Los Republicanos y los Demócratas que se unieron para promulgar la INA estuvieron impulsados por un deseo de ampliar oportunidades para todos y mantener viva nuestra herencia como una nación de inmigrantes.” Con la promulgación de la INA, nuestra nación abrió sus puertas a los inmigrantes de todos los rincones del mundo.

Hoy, la Casa Blanca organizó una ceremonia especial de naturalización para conmemorar el 50.o aniversario de la INA. En la ceremonia, les dimos la bienvenida a catorce nuevos ciudadanos estadounidenses provenientes de trece países distintos alrededor del mundo.  El Secretario Adjunto de Seguridad Nacional Alejandro Mayorkas y el Director de Servicios de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos Leon Rodriguez presidieron la ceremonia, y el autor e historiador ganador del premio Pulitzer Taylor Branch realizó comentarios sobre el cambio histórico que trajo la INA como parte de la legislación sobre derechos civiles. Como señaló el Sr. Branch, “Durante los últimos cincuenta años, nuestra apertura a los solicitantes de todas las naciones ha transformado la cara de Estados Unidos de manera literal y figurativa.”

Los nuevos ciudadanos de Estados Unidos naturalizados hoy son un símbolo de estos cambios. Entre ellos, había empresarios, médicos, enfermeras, maestros y muchos otros. Llegaron a Estados Unidos desde El Salvador, Chile, Venezuela, China, Pakistán, Marruecos, las Filipinas y Etiopía, por nombrar algunos países. Tienen experiencias e historias muy ricas y diversas.

Sin embargo, hay una cosa que los une a todos en la actualidad: su deseo de convertirse en ciudadanos de Estados Unidos y su compromiso con nuestro país, nuestros valores y nuestros ideales. Como dijo uno de ellos, “Para mí significa mucho vivir en un país donde se respeta a todos y se trata a todos de igual manera”. Ese es uno de los principios fundamentales sobre los que se edificó nuestra nación, y la creación de igualdad en nuestro sistema de inmigración fue uno de los componentes claves de la ley que celebramos hoy.

Es también el motivo por el cual la Casa Blanca ha priorizado la necesidad de dar la bienvenida a los inmigrantes y refugiados a nuestras comunidades locales a través de la campaña Desarrollo de comunidades acogedoras. Hay más de 41.3 millones de residentes nacidos en el extranjero que viven en Estados Unidos y contribuyen a la vitalidad de nuestro país y sus comunidades, incluyendo más de 3 millones de refugiados que se han asentado aquí desde 1975.

Hace solamente dos semanas el Presidente Obama también dio a conocer un videomensaje cuando anunciamos la “campaña de concientización ciudadana Más Firme, Más Fuerte”. Es menester subrayar los derechos y las responsabilidades de los ciudadanos. De los 13.3 millones de personas que viven legalmente en Estados Unidos, aproximadamente 8.8 millones son elegibles para tramitar la ciudadanía. Aplaudimos a esas 14 personas que se convirtieron hoy en ciudadanos por la fortaleza, paciencia y coraje que fueron necesarios para llegar a este punto. Y ahora, ellos pueden seguir su camino y añadir sus contribuciones particulares a la historia de nuestra nación como ciudadanos de Estados Unidos.