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The White House
For Immediate Release

Declaraciones del Presidente Barack Obama sobre la Reforma Integral de Inmigración

THE WHITE HOUSE
Oficina del Secretario de Prensa
_________________________________________________________________________

PARA PUBLICACIÓN INMEDIATA
10 de mayo, 2011

DECLARACIONES DEL PRESIDENTE BARACK OBAMA
SOBRE LA REFORMA INTEGRAL DE INMIGRACIÓN
 
Chamizal National Memorial
El Paso, Texas

1:21 P.M. MDT 

EL PRESIDENTE: ¡Hola, El Paso! (Aplausos). Bueno, es un gusto… un gusto volver a estar con ustedes en el Estado de la Estrella Solitaria. (Aplausos). Todo es más grandioso en Texas. (Aplausos).

MIEMBRO DEL PÚBLICO: ¡Lo adoramos! (Aplausos).

EL PRESIDENTE: ¡Yo también los adoro! (Aplausos). Incluso las bienvenidas son más grandiosas. (Aplausos). Entonces para agradecerles, quise pronunciar un discurso importante sobre política al aire libre, un día sumamente caluroso. (Risas). Aquellos de ustedes que están aquí en chaqueta, siéntanse en la libertad de quitársela. Espero que todos se hayan echado protector solar.

MIEMBRO DEL PÚBLICO: Vivimos acá.

EL PRESIDENTE: ¿Dice que vive acá? No lo necesitan, ¿ah? (Risas). Bueno, es un gran honor estar aquí. Quiero expresarles mi agradecimiento a todos ustedes por darse el tiempo de venir hoy.

MIEMBRO DEL PÚBLICO: ¡Lo adoramos!

EL PRESIDENTE: Gracias. Lo agradezco. Gracias. (Aplausos).

¿Saben? Hace aproximadamente una semana, pronuncié un discurso de graduación en Miami Dade Community College, que es una de las instituciones superiores de mayor diversidad en el país. Los egresados se sentían orgullosos de que su promoción tenga raíces en 181 países del mundo… 181 países. (Aplausos).

Muchos de los estudiantes mismos son inmigrantes que vinieron a Estados Unidos con poco más que el sueño de sus padres y la ropa que llevaban puesta. Algunos de ellos solo se enteraron de adolescentes o adultos de que eran indocumentados. Pero trabajaron duro y se esforzaron al máximo, y entonces se hicieron merecedores de esos diplomas.

Y durante la ceremonia, desfilaron por el estrado 181 banderas, una por cada país que estaba representado. Los graduados y familiares con raíces en esos países aplaudieron con cada una de ellas. O sea que cuando pasó la bandera de Haití, todos los muchachos haitianos… los muchachos estadounidenses de origen haitiano, daban gritos. Y cuando pasó la bandera de Guatemala, todos los muchachos de origen guatemalteco daban gritos. Y cuando pasó la bandera de Ucrania, creo que un muchacho gritó. (Risas). Esto fue en Miami. (Risas). Si hubiese sido Chicago, habría habido más.

Pero luego quedó a la vista la última bandera, la bandera estadounidense. Y todos en la sala estallaron en aplausos. Todos vitorearon. (Aplausos). O sea que, sí, en efecto, los padres y abuelos –algunos de los mismos egresados– provenían de todos los rincones del mundo. Pero fue aquí que encontraron oportunidades. Y fue aquí que tuvieron la posibilidad de hacer un aporte al país donde viven.

Y fue un recordatorio de una idea simple, tan antigua como el propio Estados Unidos. E pluribus, unum. De muchos, uno. Nos definimos como una nación de inmigrantes, una nación que acoge a quienes están dispuestos a adoptar ideales de Estados Unidos y los preceptos de Estados Unidos. Por eso, millones de personas, los antepasados de muchos de nosotros, enfrentaron dificultades y grandes peligros para venir aquí, para poder tener la libertad de trabajar y practicar su religión y abrir un negocio y llevar su vida en paz y prosperidad. Los inmigrantes asiáticos que llegaron a la isla Ángel de California. Los alemanes y escandinavos que se establecieron en toda la región del medio oeste. Las olas de inmigrantes irlandeses e italianos y polacos y rusos y judíos que se inclinaron sobre la barandilla para poder ver por primera vez la Estatua de la Libertad.

Este flujo de inmigrantes ha ayudado a hacer que este país sea más sólido y más próspero. (Aplausos). Podemos señalar el genio de Einstein, los diseños de I. M. Pei, los relatos de Isaac Asimov y los sectores industriales enteramente desarrollados por Andrew Carnegie.

Y entonces, cuando pienso sobre inmigración, me vienen a la mente las ceremonias de naturalización que hemos tenido en la Casa Blanca para miembros de nuestras Fuerzas Armadas. Nada más inspirador. Aunque todavía no eran ciudadanos cuando unieron a nuestras Fuerzas Armadas, estos hombres y mujeres se alistaron para servir.

Tuvimos un evento en la Casa Blanca y un joven llamado Granger Michael de Papúa Nueva Guinea, un infante de Marina que había sido enviado tres veces al frente en Irak, estuvo allí. Y ¿saben lo que dijo sobre hacerse ciudadano estadounidense? Dijo, “Tiene sentido. Amo a este país”. Es todo lo que dijo. A los infantes de Marina no les gusta hablar mucho. (Risas).

Otra fue una muchacha llamada Perla Ramos, que nació y se crió en México, y vino a Estados Unidos poco después del 11 de septiembre y se incorporó a la Marina. Y afirmó, “Siento orgullo por nuestra bandera… y la historia que redactamos día tras día”.

Esa es la promesa de este país: que cualquiera puede escribir un nuevo capítulo en nuestra historia. No importa de dónde vienes… (aplausos)… no importa de dónde vienes; no importa qué aspecto tienes; no importa qué religión practicas. Lo que importa es que creas en los ideales de nuestra fundación; que creas que todos nosotros fuimos creados iguales, dotados por el Creador de ciertos derechos inalienables. (Aplausos). Todos nosotros merecemos nuestras libertades y nuestra búsqueda de la felicidad. Al adoptar a Estados Unidos, puedes ser estadounidense. Eso es lo que hace a nuestro país grandioso. Eso nos enriquece a todos.

Sin embargo, al mismo tiempo, nos encontramos aquí en la frontera hoy… (aplausos)… nos encontramos aquí en la frontera porque también reconocemos que ser una nación de inmigrantes conlleva ser un estado de derecho. Ese también es nuestro patrimonio. Esto también es importante. Y el hecho es que a menudo hemos tenido dificultad para dictar medidas sobre a quiénes se permite y a quiénes no se permite ingresar a este país. No es un debate nuevo.

A veces ha habido temor y resentimiento hacia los recién llegados, especialmente durante períodos de dificultad económica. Y ya que estos asuntos afectan profundamente nuestras convicciones, afectan profundamente nuestras convicciones –sobre quiénes somos como pueblo, sobre lo que significa ser estadounidense– estos debates a menudo suscitan emociones fuertes.

Es por eso que se nos ha hecho difícil reformar nuestro ineficaz sistema de inmigración. Cuando un asunto es tan complejo, cuando suscita emociones tan fuertes, es más fácil para los políticos posponer el problema hasta las próximas elecciones. Y siempre hay más elecciones.

Por eso hemos visto muchas acusaciones y mucha politiquería y mucha retórica mordaz en torno a la inmigración. Y hemos visto que esfuerzos de buena fe de parte de líderes de ambos partidos… Dicho sea de paso, me acabo de dar cuenta, aquellos de ustedes que tienen sillas, si se quieren sentar, con toda confianza. No hay ninguna regla que diga que hay que pararse cuando yo…

MIEMBRO DEL PÚBLICO: … ¡Lo adoramos! (Aplausos).

EL PRESIDENTE: Pero hemos visto a líderes de ambos partidos que tratan de solucionar este asunto, pero que sus esfuerzos sucumbieron a las acostumbradas manipulaciones de Washington. Y mientras tanto, hemos visto las consecuencias cada vez mayores de décadas de inacción.

Hoy en día, hay aproximadamente 11 millones de inmigrantes indocumentados aquí en Estados Unidos. Algunos cruzaron la frontera ilegalmente. Otros evitaron las leyes de inmigración al permanecer aquí después del vencimiento de su visa. Independientemente de cómo vinieron, la gran mayoría de estas personas simplemente está tratando de ganarse la vida y mantener a su familia. (Aplausos).

Pero debemos admitir que han trasgredido las normas. Se han colado en la fila. Y lo que también es cierto es que la presencia de tantos inmigrantes ilegales es una burla para todos aquellos que están tratando de inmigrar legalmente.

Además, debido a que los inmigrantes indocumentados viven en la clandestinidad, donde son vulnerables a empresas inescrupulosas que evaden impuestos y les pagan a los trabajadores menos del sueldo mínimo o cumplen a medias con las leyes de salud y seguridad, esto pone a las empresas que cumplen con las normas y a los estadounidenses que exigen con razón el sueldo mínimo, pago por horas extraordinarias o un lugar seguro para trabajar, pone a esas empresas en desventaja.

Pónganse a pensar. En la última década, incluso antes de que nos afectara la recesión, las familias de clase media pasaban apuros para mantenerse, ya que los precios de todo aumentaban, desde el cuidado de salud hasta la matrícula universitaria, comida y gasolina. Sus ingresos no aumentaron con esos precios. Lo estamos volviendo a ver en este momento con el precio de la gasolina.

Pues, una manera de darle solidez a la clase media en Estados Unidos es reformar el sistema de inmigración, de manera que deje de haber una enorme economía clandestina que explota una fuente barata de mano de obra y a la vez hace que los salarios de todos los demás bajen. Quiero que los ingresos de las familias de clase media vuelvan a subir. (Aplausos). Quiero que la prosperidad en este país sea generalizada. (Aplausos). Y por eso, la reforma de la inmigración es un imperativo económico. Es un imperativo económico. (Aplausos).

Además, la reforma también ayudará a hacer a Estados Unidos más competitivo en la economía mundial. Hoy en día, les otorgamos visas a estudiantes de todo el mundo para que obtengan grados de ingeniería y computación en nuestras principales universidades. (Aplausos).

Pero luego nuestras leyes los desalientan de usar esas destrezas para iniciar una empresa o un nuevo sector aquí en Estados Unidos. En vez de capacitar a empresarios para que se queden aquí, los capacitamos para generar empleo para nuestra competencia. Eso no tiene sentido. En un mercado mundial, necesitamos todo el talento que podamos atraer, todo el talento que podamos conseguir, que permanezca aquí para abrir negocios, no solo para beneficiar a esas personas, sino porque su aporte beneficiará a todos los estadounidenses.

Miren a Intel, miren a Google, miren a Yahoo, miren a eBay. Todas ellas grandes empresas estadounidenses. Todos los empleos que han generado. Todo lo que nos han ayudado a asumir la delantera en el sector de alta tecnología. Cada una de ellas fue fundada por, ¿adivinen quién? Un inmigrante. (Aplausos).

Entonces, no queremos que el próximo Intel o el próximo Google se origine en China o India. Queremos que tales empresas y empleos se forjen aquí. (Aplausos). Bill Gates lo entiende. Sabe un poco sobre el sector de alta tecnología. Dijo, “Estados Unidos descubrirá que es mucho más difícil mantener su ventaja competitiva, si excluye a quienes pueden y están dispuestos a ayudarnos a competir”.

Entonces, la inmigración no solo es lo correcto. Es lo sensato para nuestra economía. Es lo sensato para nuestra economía. (Aplausos). Y es por este motivo que empresas en todo Estados Unidos están exigiendo que Washington finalmente cumpla con sus responsabilidades de resolver el problema de inmigración. Todos reconocen que el sistema no está funcionando bien. La cuestión es, ¿contamos finalmente con la voluntad política para hacer algo al respecto? Y es por eso que hoy estamos aquí en la frontera. 

Y quiero decir que me acompaña hoy la excelente secretaria del Departamento de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, quien está trabajando incansablemente en este asunto. (Aplausos). Nuestro comisionado que está trabajando diligentemente en asuntos fronterizos, Alan Bersin, está aquí, y se lo agradecemos… Bersin. (Aplausos).

Entonces, están realizando una magnífica labor. Y en años recientes, entre los mayores impedimentos para la reforma estaban cuestiones de seguridad fronteriza. Y estas son inquietudes legítimas. El hecho es que había una falta de personal y una falta de recursos en la frontera, combinadas con el atractivo de empleos y la aplicación poco pensada de la ley una vez que las personas estaban dentro del país.

Todo esto contribuyó a que un número cada vez mayor de personas indocumentadas viva en Estados Unidos. Y estas inquietudes contribuyeron a que se disolviera una coalición bipartidista que habíamos constituido cuando yo era parte del Senado de Estados Unidos. Entonces, en años posteriores, el estribillo común ha sido “primero la frontera, primero la frontera” incluso entre quienes anteriormente respaldaban la reforma integral de la inmigración.

Pero en los últimos dos años, gracias a la sobresaliente labor de Janet y Alan y todos los que están allá, trabajando en la frontera, hemos respondido a sus inquietudes. Con su liderazgo, hemos aumentado la seguridad fronteriza más de lo que se creía posible. Querían más agentes en la frontera. Pues ahora tenemos más efectivos en el terreno en la región sudoeste que en ningún otro momento de nuestra historia. (Aplausos).

La Patrulla Fronteriza cuenta con 20,000 agentes… más del doble de los que había en el 2004. Es un incremento que se inició bajo el Presidente Bush y que hemos continuado, y tuve la oportunidad de conocer a algunos de esos excelentes agentes, y en efecto ver a algunos de ellos a caballo que lucen bastante recios. (Risas). O sea que asignamos agentes allá.

Luego querían vallas. Pues, las vallas están…

EL PÚBLICO: ¡Buuú!

EL PRESIDENTE: Las vallas prácticamente están completas.

MIEMBRO DEL PÚBLICO: ¡Derríbenlas!

EL PRESIDENTE: Luego hicimos mucho más que eso. Hemos aumentado al triple el número de analistas de inteligencia que trabajan en la frontera. He puesto en uso aeronaves no tripuladas para patrullar el espacio aéreo desde Texas a California. Hemos forjado una alianza con México para combatir las organizaciones criminales transnacionales que afectan a ambos países. (Aplausos). Y por primera vez… por primera vez estamos inspeccionando 100 por ciento de la carga ferroviaria camino al sur, para confiscar armas y dinero en esa dirección, a la vez que combatimos las drogas que van camino al norte. (Aplausos).

Entonces, el punto es el siguiente. Quiero que todos escuchen esto detenidamente. Hemos hecho mucho más de lo solicitado por los mismos republicanos que dijeron que respaldaban una reforma más extensa siempre que realmente se velara por el cumplimiento de la ley. Todo lo que pidieron, lo hemos hecho. Sin embargo, a pesar de que hemos respondido a estas inquietudes, debo decir que sospecho que todavía hay quienes están tratando de imponernos nuevas condiciones, una vez más.

MIEMBRO DEL PÚBLICO: ¡Son racistas!

EL PRESIDENTE: ¿Saben? Dijeron que debíamos aumentar al triple la Patrulla Fronteriza. Ahora van a decir que debemos aumentar al cuádruple la Patrulla Fronteriza. O van a querer una valla más alta para respaldar la reforma. Tal vez necesiten un foso circundante. (Risas). Quizá quieran caimanes en el foso. (Risas). Nunca estarán satisfechos. Y lo comprendo. Así es la política.

Pero el hecho es que las medidas que hemos implementado están produciendo resultados. En los últimos dos años y medio, hemos confiscado 31 por ciento más drogas, 75 por ciento más dinero en efectivo, 64 por ciento más armas que nunca antes. (Aplausos). Incluso tras intensificar las patrullas, se han reducido las capturas a lo largo de la frontera en casi 40 por ciento con relación a hace dos años. Eso significa que menos personas están tratando de cruzar la frontera ilegalmente.

Además, a pesar de muchos reportajes con tono urgente que han calificado de peligrosos a lugares como El Paso, el número de crímenes en los condados de la frontera sudoeste se ha reducido en un tercio. Una y otra vez, El Paso y otras ciudades y pueblos a lo largo de esta frontera figuran entre los lugares más seguros del país. (Aplausos). Por supuesto que no deberíamos aceptar violencia o crimen alguno. Y siempre hay más trabajo por hacer. Pero este progreso es importante, y no se está reportando al respecto.

Y también estamos yendo más allá de la frontera. Además de la frontera, estamos tomando medidas contra empleadores que explotan adrede a las personas y trasgreden la ley. (Aplausos). Además estamos deportando a quienes están aquí ilegalmente. Y ese ha sido un asunto difícil. Ha sido fuente de controversia.

Pero quiero destacar lo siguiente: no lo estamos haciendo desordenadamente. Estamos usando nuestros limitados recursos y gente para ir en pos de criminales violentos y personas declaradas culpables de crímenes; no solo familias, no solo personas que simplemente tratan de ganarse la vida de alguna manera. Y como resultado, logramos un incremento de 70 por ciento en las deportaciones de criminales. (Aplausos).

Y estamos conscientes del impacto que tienen las fallas del sistema de inmigración en las personas. Incluso mientras reconocemos que es necesario velar por el cumplimiento de la ley, no nos deleitamos en el sufrimiento que causa en las personas que simplemente están tratando de sobrevivir y quedan atrapadas en el sistema.

Y mientras las leyes actuales existan, no solo los rudos criminales están sujetos a deportación, sino a veces también las familias que simplemente tratan de ganarse la vida o estudiantes brillantes, esmerados, o gente decente con las mejores intenciones. (Aplausos).

Y a veces cuando hablamos con los defensores de la inmigración, quisieran que yo simplemente pasara por alto al Congreso y cambiara las leyes solo. Pero así no funciona la democracia. Lo que realmente necesitamos hacer es continuar luchando para que se apruebe una reforma verdadera e integral. Esa es la solución definitiva a este problema. Eso es lo que me comprometido a hacer. (Aplausos).

MIEMBRO DEL PÚBLICO: ¡Sí podemos! ¡Sí podemos!

EL PRESIDENTE: ¡Sí podemos! Podemos hacerlo.

PÚBLICO: ¡Sí podemos! ¡Sí podemos! ¡Sí podemos!

EL PRESIDENTE: La medida más significativa que podemos tomar ahora para resguardar las fronteras es reestructurar todo el sistema, para que menos personas tengan el incentivo de ingresar ilegalmente en busca de trabajo, para comenzar. Esto permitiría que los agentes se dediquen a combatir las peores amenazas en nuestros dos… ambos lados de la frontera, desde narcotraficantes hasta quienes vienen para cometer actos de violencia o terrorismo. Nos debemos concentrar en eso.

Entonces, El Paso, el asunto es si los miembros del Congreso que anteriormente se rehusaron a tratar este tema por exigir más vigilancia policial ahora están dispuestos a volver a negociar y concluir la labor que hemos iniciado. (Aplausos). Es necesario que pongamos la política de lado. Y si lo hacemos, estoy seguro de que podemos encontrar terreno común.

En esto, Washington está rezagado con relación al resto del país. Ya existe una coalición cada vez más numerosa de líderes en todo Estados Unidos que no siempre concuerdan, pero que están llegando a un consenso con respecto a este tema. Ven las nocivas consecuencias de las fallas del sistema para sus empresas y comunidades, comprenden los motivos por lo que es necesario hacer algo al respecto.

Son demócratas y republicanos, personas como el ex senador republicano Mel Martínez; Michael Chertoff, ex secretario de Seguridad Nacional del gobierno del Presidente Bush; líderes como el alcalde Michael Bloomberg de Nueva York; pastores evangélicos como Leith Anderson y Bill Hybels; jefes de policía de todo el país; educadores; portavoces comunitarios; sindicatos laborales; cámaras de comercio; dueños de pequeñas empresas, ejecutivos de empresas de Fortune 500.

Es decir, un alto ejecutivo dijo esto sobre la reforma: “El ingenio estadounidense es producto de la apertura y diversidad de esta sociedad. Los inmigrantes han hecho de Estados Unidos un gran país, un líder mundial en negocios, ciencias, educación superior e innovación”. ¿Saben de qué líder se trata? Rupert Murdoch, dueño de Fox News e inmigrante. No sé si conocen las opiniones de Rupert Murdoch, pero digamos simplemente que no tiene en su auto una calcomanía de Obama. (Risas). Pero concuerda conmigo sobre esto. (Aplausos).

Entonces, existe un consenso en torno a solucionar las fallas. Y ahora necesitamos que el Congreso también se ponga en marcha. Ahora necesitamos unirnos en torno a una reforma que refleje nuestros valores como estado de derecho y nación de inmigrantes; una reforma que exija que todos asuman responsabilidades. Entonces, ¿qué forma cobraría la reforma integral?

En primer lugar, sabemos que el gobierno tiene la responsabilidad mínima de resguardar las fronteras y velar por el cumplimiento de la ley. Y eso es lo que Janet y toda su gente están haciendo. Eso es lo que están haciendo. (Aplausos).

En segundo lugar, se debe hacer que las empresas rindan cuentas por sus actos si explotan a trabajadores indocumentados. (Aplausos).

En tercer lugar, quienes están aquí ilegalmente, ellos también tienen una responsabilidad. Trasgredieron las leyes y eso significa que deben pagar sus impuestos, deben pagar una multa, deben aprender inglés. Y deben someterse a una investigación de antecedentes penales y un largo proceso antes de poder ponerse en fila para la legalización. No es mucho que pedir. (Aplausos).

Y en cuarto lugar, poner fin a la inmigración ilegal también requiere reformar nuestra anacrónica ley de inmigración legal. (Aplausos). Debemos facilitar que las mejores personas y las más brillantes no solo se queden aquí, sino que también abran negocios y generen empleos aquí. En años recientes, 25 por ciento de las nuevas empresas de alta tecnología en Estados Unidos fueron fundadas por inmigrantes. Eso resultó en más de 200,000 empleos aquí en Estados Unidos. Me complace que estos empleos estén aquí. Quiero ver que se generen más de ellos en este país. Debemos darles la oportunidad. (Aplausos).

Es necesario que les otorguemos a nuestros agricultores una manera legal de contratar a los trabajadores de los que dependen y ofrezcamos una vía para que dichos trabajadores puedan obtener estatus legal. (Aplausos). Y nuestras leyes deben respetar a las familias que cumplen con las normas al reunificarlas más rápidamente en vez de dividirlas. (Aplausos).

Hoy en día el sistema de inmigración no solo tolera a quienes incumplen las normas, sino también castiga a las personas que sí cumplen con ellas. Por ejemplo, las solicitudes… se prohíbe que vengan a Estados Unidos los solicitantes mientras esperan aprobación. Es posible que incluso marido y mujer pasen años separados. Los padres no pueden ver a sus hijos. Pienso que Estados Unidos no debe dedicarse a separar familias. No es correcto. No somos así. Podemos hacer las cosas de mejor manera. (Aplausos).

Y debemos dejar de castigar a jóvenes inocentes por los actos de sus padres. (Aplausos). Debemos dejar de negarles la oportunidad de obtener una educación o prestar servicio militar. Y por eso es necesario que aprobemos la ley DREAM. (Aplausos). Logramos que la Cámara de Representantes aprobara la ley DREAM el año pasado cuando los demócratas tenían el control. A pesar de que recibió una mayoría de los votos en el Senado, fue bloqueada cuando varios republicanos que previamente habían respaldado la ley DREAM votaron en su contra.

Fue una gran decepción llegar tan cerca, para luego ver que la política se interponía. Y cuando pronuncié ese discurso de graduación en Miami Dade, me partió el alma saber que varios de esos estudiantes brillantes con un futuro prometedor –jóvenes que se esforzaron tanto y que son prueba de lo mejor de Estados Unidos– están en peligro de enfrentar la agonía de la deportación. Se trata de muchachos que se criaron en este país. Aman a este país. No tienen otra patria. La posibilidad de que se les castigue es cruel. No tiene sentido. Esta nación está por encima de eso. (Aplausos).

Entonces vamos a continuar luchando por la ley DREAM. Vamos a continuar la lucha por la reforma. (Aplausos). Y es aquí que ustedes deben poner de su parte. Yo pondré de mi parte para propiciar un debate constructivo y cortés sobre estos temas. Y ya tuvimos una serie de reuniones sobre esto en semanas recientes en la Casa Blanca. Tenemos a líderes aquí y en el resto del país ayudándonos a hacer que el debate avance.

Pero a fin de cuentas, este cambio debe ser impulsado por ustedes, el pueblo estadounidense. Deben ayudar a exigir una reforma integral y deben identificar los pasos que podemos dar ahora mismo, como la ley DREAM, como la reforma de visas… asuntos sobre los que podemos encontrar terreno común entre demócratas y republicanos, y comenzar a solucionar problemas.

Entonces, les pido que sumen sus voces a este debate. Pueden inscribirse para ayudar en whitehouse.gov. Necesitamos que Washington sepa que existe un movimiento a favor de la reforma que cobra fuerza de costa a costa. Es así que lograremos hacer esto. Es así que podemos asegurar que en los próximos años recibamos con los brazos abiertos el talento de todos aquellos que pueden contribuir a este país y estamos a la altura de esa idea tan estadounidense: que si lo intentas, lo puedes lograr aquí.

Esta fue la idea que le dio esperanza a José Hernández. ¿Está presente, José? ¿Dónde…? José está allá. (Aplausos). Quiero que oigan… quiero que consideren este caso. Los padres de José eran trabajadores agrícolas migrantes. Por lo tanto, él también lo fue de niño. Nació en California, a pesar de que fácilmente podría haber nacido al otro lado de la frontera, si hubiese sido otra época del año, pues su familia se mudaba con las temporadas. En efecto, dos de sus hermanos nacieron en México.

Entonces, viajaban mucho, y José cosechaba pepinos y fresas con sus padres. Y perdía parte del año escolar cuando regresaban a México todos los inviernos. José no aprendió inglés hasta los 12 años. Pero, vean, José era bueno para la matemática y le gustaba. Y lo fabuloso es que la matemática es igual en todas las escuelas y es igual en español y en inglés.

Entonces, José estudió y estudió mucho. Y un día, estaba parado en el campo recolectando remolacha y escuchó en un radio portátil que una persona llamada Franklin Chang-Díaz –una persona con un apellido parecido al suyo– iba a ser astronauta de la NASA.

Entonces, José decidió, allí mismo en el campo, decidió, bueno, yo podría ser astronauta también.

Entonces, José siguió estudiando y se graduó de la secundaria. Y siguió estudiando y se graduó de ingeniero. Y siguió estudiando y obtuvo un posgrado. Y siguió esforzándose mucho y fue a parar a un laboratorio nacional, ayudando a desarrollar un nuevo sistema digital de imágenes médicas.

Y a los pocos años, se encontró a más de 100 millas sobre la superficie de la Tierra, desde donde miró por la ventana del trasbordador espacial Discovery y recordó al niño en el campo en California con un sueño descabellado de que todo se puede lograr en Estados Unidos.

Póngase a pensar, El Paso. Allí tienen el Sueño Americano. (Aplausos). Es por eso que luchamos. Luchamos por cada niño y cada niña con un sueño y potencial a punto de ser aprovechado, como José. Luchamos para dar rienda suelta a esa promesa y todo lo que ofrece, no solo para su futuro sino para el futuro de Estados Unidos. Por eso vamos a lograr esto. Y por eso voy a necesitar su ayuda.

Gracias. Que Dios los bendiga. Y que Dios bendiga a Estados Unidos de Norteamérica. (Aplausos).

FIN          

1:56 P.M. MDT