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The White House
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MENSAJE SEMANAL: Honrando a aquellos que dieron sus servicios en Irak a medida que la guerra llega a su fin.

THE WHITE HOUSE

Oficina del Secretario de Prensa

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 SÁBADO 17 DE DICIEMBRE, 2011

MENSAJE SEMANAL: Honrando a aquellos que dieron sus servicios en Irak a medida que la guerra llega a su fin.

WASHINGTON - En este discurso semanal, el Presidente Obama expresó la gratitud de toda la nación hacia los valientes hombres y mujeres que han prestado sus servicios en la guerra de Irak, y dio la bienvenida a casa a nuestras tropas a medida que marcamos el final oficial de la guerra.   Este histórico logro no hubiera sido posible sin las destrezas y dedicación de los hombres y mujeres de las fuerzas armadas de los Estados Unidos.   Nos comprobaron que cuando nos unimos, no hay nada que no podamos hacer. Ya llegó la hora de seguir su ejemplo, poner a un lado la partidización, y volver a reconstruir nuestra economía de manera que todos los estadounidenses que quieran trabajar puedan encontrar un trabajo, y que todos tengan la oportunidad de hacerla si lo intentan.

Declaraciones del Presidente Barack Obama

Mensaje semanal

La Casa Blanca

17 de diciembre, 2011

Esta semana se marcó un momento histórico en la vida de nuestro país y de nuestro ejército.  

Nuestra nación ha estado en guerra con Irak por casi nueve años.   Más de 1.5 millones de estadounidenses han prestado sus servicios con honor, destreza y valentía.   Decenas de miles han sido heridos.  Las familias del ejército han realizado grandes sacrificios, y mucho más aquellas familias de los casi 4,500 estadounidenses que hicieron el sacrificio final.   Todos ellos, nuestras topas, veteranos y sus familias, siempre contarán con la gratitud de una nación agradecida.

El jueves, la bandera bajo la que lucharon nuestras Fuerzas Armadas en Irak fue formalmente guardada en una ceremonia en Bagdad antes de iniciar su viaje de regreso a casa. Nuestras tropas se están preparando para hacer su marcha final a través de la frontera y fuera del país.   El futro de Irak estará en las manos de su propia gente.   Nuestra guerra ahí ya se acabará.   Todas nuestras tropas estarán fuera de Irak.   Y en esta temporada festiva, todos podremos decir por fin: bienvenidos a casa.

Este es un logro extraordinario, un logro que fue posible debido al arduo trabajo y sacrificio de los hombres y mujeres que tuvieron el valor de prestar sus servicios.   Y hay una lección que aprender de todo esto, una lección sobre nuestro carácter como nación.

Verán, existe una razón por la cual nuestro ejército es la institución más respetada en los Estados Unidos.   Ellos no se consideran a sí mismos o entre sí como primero demócratas o republicanos.  Ellos son estadounidenses ante todo.   

De todas nuestras diferencias y desacuerdos, ellos nos recuerdan que todos somos parte de algo más grande; de que somos una nación y un pueblo.   Y de todos nuestros retos, ellos nos recuerdan que no existe nada que no podamos hacer si nos mantenemos juntos.  

Ellos son lo mejor que puede ofrecer nuestra nación.   Muchos de ellos permanecerán en el ejército y seguirán en su siguiente misión.   Otros se quitarán el uniforme y se convertirán en veteranos.   Pero su compromiso al servicio no acaba cuando se quitan el uniforme, de hecho, confió en que es solo el principio de la historia de su servicio a los Estados Unidos.  

Después de muchos años para reconstruir Irak, ya es hora de enlistar a nuestros veteranos y a toda nuestra gente en la labor de reconstruir los Estados Unidos.

Gente como mi abuelo llegaron después de la Segunda Guerra Mundial para formar la columna vertebral de la clase media más grande en la historia.   Y la generación de veteranos de hoy, la generación de veteranos del 9/11, está armada con las destrezas, la disciplina y el liderazgo para atacar los retos de nuestros tiempos: reconstruir una economía en donde trabajar duro tiene su recompensa, en donde se recompensa la responsabilidad, en donde todos los que lo intentan pueden lograrlo.

Ahora llegó la hora de servir a estos valientes hombres y mujeres de la misma manera en que dieron sus servicios por nosotros.   Todos los días cumplen con sus responsabilidades hacia sus familias y su país.   Ahora llegó la hora de cumplir con las nuestras, especialmente nosotros, a quienes ustedes mandaron a Washington para proporcionar nuestros servicios.   Este no puede ser un país en donde la división y la discordia se atraviesan en el camino de nuestro progreso.   Este es el momento en que debemos unirnos para asegurar que todo estadounidense tenga la oportunidad de trabajar y vivir decentemente, ser dueño de su casa, enviar a sus hijos a la universidad, y asegurar una jubilación decente.

Este es el momento en que tenemos que edificar un país que viva a la altura de las ideas por las cuales muchos de nuestros valientes estadounidenses han peleado e incluso muerto.   Esa es una de nuestras mayores obligaciones como ciudadanos.   Esa es la bienvenida a casa que se merecen nuestras tropas.

Gracias.

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