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The White House
For Immediate Release

Declaraciones del Presidente sobre el fallo de la Corte Suprema en el caso de Arizona v. los Estados Unidos

THE WHITE HOUSE
Oficina del Secretario de Prensa
 

PARA PUBLICACIÓN INMEDIATA
25 de junio, 2012

Declaraciones del Presidente sobre el fallo de la Corte Suprema en el caso de Arizona v. los Estados Unidos

Me complace que la Corte Suprema haya anulado disposiciones clave de la ley migratoria de Arizona.  Lo que esta decisión deja inconfundiblemente claro es que el Congreso tiene que tomar acción sobre la reforma migratoria integral.  Una diversidad de leyes estatales no es la solución a nuestro sistema migratorio descompuesto, sino que es parte del problema.

Al mismo tiempo, me sigue preocupando el impacto práctico de la disposición restante de la ley de Arizona que les requiere a los funcionarios locales del cumplimiento de ley que verifiquen la situación migratoria de todo aquel que ellos puedan siquiera sospechar que está aquí ilegalmente. Estoy de acuerdo con la corte en que no se puede detener a los individuos exclusivamente para verificar su situación migratoria.  Ningún estadounidense debe tener que vivir en ningún momento bajo la nube de la sospecha solo en base a su apariencia.  A futuro, tenemos que garantizar que los funcionarios del cumplimiento de ley de Arizona no hagan cumplir esta ley de manera que perjudique los derechos civiles de los estadounidenses, tal como lo reconoce la decisión de la corte.  Además, continuaremos haciendo cumplir nuestras leyes de inmigración concentrándonos en nuestras prioridades más importantes, tales como la seguridad de la frontera y los delincuentes que amenazan a nuestras comunidades y no, por ejemplo, los estudiantes que se ganan su educación; ese es el motivo por el que el Departamento de Seguridad Nacional anunció a principios de este mes que le eliminará la sombra de la deportación a la gente joven que fue traída a los Estados Unidos siendo niños sin que fuese culpa de ellos.
 
Yo colaboraré con todo aquel en el Congreso que esté dispuesto a lograr progreso en una reforma migratoria integral que atienda a nuestras necesidades económicas y de seguridad, y que respete nuestra tradición como una nación de leyes y una nación de inmigrantes.  Y, mientras tanto, continuaremos usando todo recurso federal para proteger la seguridad y los derechos civiles de todos los estadounidenses, y tratando a nuestro pueblo con dignidad y respeto. Podemos solucionar estos retos no a pesar de nuestros valores más atesorados, sino debido a ellos.  Lo que nos hace estadounidenses no es una cuestión de cómo lucimos ni del nombre que tenemos.  Lo que nos hace estadounidenses es nuestra creencia compartida en la promesa perdurable de este país, y nuestra responsabilidad compartida de dejarlo siendo más generoso y más lleno de esperanza que como lo encontramos.

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