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MENSAJE SEMANAL: Reduciendo la contaminación de carbono de nuestras plantas de generación energética

LA CASA BLANCA

Oficina del Secretario de Prensa

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EMBARGADO HASTA LAS 6:00 AM ET, del SÁBADO, 31 de mayo, 2014

MENSAJE SEMANAL: Reduciendo la contaminación de carbono de nuestras plantas de generación energética

WASHINGTON, DC – En este mensaje semanal, el Presidente habló sobre acciones por parte de la Agencia de Protección Ambiental para reducir la peligrosa contaminación de carbono, un plan que se basa en los esfuerzos realizados por muchos estados, ciudades, y empresas. Estos lineamientos de sentido común para reducir la peligrosa contaminación de carbono proveniente de nuestras plantas de generación energética fueron creados con comentarios de las empresas, y los estados y los gobiernos locales, y construirán una economía de energía limpia mientras reducen la contaminación de carbono. El presidente habló sobre este plan durante una visita al Centro Médico Nacional para Niños en Washington, D.C. El visitó a los niños cuya asma se ve agravada por la polución ambiental. El presidente dijo que como padre, se dedica a cerciorarse que nuestro planeta sea más limpio y seguro para las generaciones en el futuro.

Comentarios del Presidente Barack Obama

Mensaje semanal

El Centro Médico Nacional para Niños en Washington, D.C

31 de mayo de 2014

Hola a todos. Me encuentro actualmente en el Centro Médico Nacional para Niños en Washington, D.C., visitando a algunos de los niños que reciben tratamiento para el asma y otros problemas respiratorios todo el tiempo. A menudo, estas enfermedades se ven agravadas por la polución ambiental, que es causada por la misma contaminación de carbono y contribuyen al cambio climático. Y por el bien de la salud de todos nuestros niños, debemos tomar más medidas para reducir esta contaminación.

A principios de mes, cientos de científicos declararon que el cambio climático ya no es una amenaza lejana: ahora "se ha instalado firmemente en el presente”. Sus costos pueden calcularse en vidas y fuentes de sustento perdidas, empresas y hogares destruidos y en el aumento de los precios de los alimentos, los seguros y la reconstrucción.

Por ello, el año pasado propuse el primer plan de acción climática de Estados Unidos. Este plan reduce la contaminación de carbono mediante el desarrollo de una economía de energía limpia: utiliza más energía renovable, menos energía contaminante y reduce el consumo general de energía en nuestra economía.

Una de las mejores cosas que podemos hacer por nuestra economía, por nuestra salud y por nuestro medio ambiente es ser líderes mundiales en la producción de energía más segura y limpia: de hecho, ya estamos generando más energía limpia que en ninguna otra época. En parte gracias a las inversiones que realizamos en la Ley de Recuperación, la energía eólica que genera Estados Unidos se ha triplicado. Y la energía solar se ha multiplicado por más de diez. De hecho, cada cuatro minutos, otro hogar o empresa en Estados Unidos adopta la energía solar: y cada panel que se instala tiene detrás a un trabajador cuyo empleo no puede subcontratarse en el extranjero.

Y además estamos consumiendo menos energía. A mediados de la próxima década, habremos duplicado la distancia que pueden recorrer nuestros automóviles y camiones con un galón de gasolina, con lo cual todos ahorraremos dinero al cargar el tanque, y además estamos ayudando a las familias y las empresas a ahorrar miles de millones gracias a la mejora de la eficiencia energética de los electrodomésticos, los edificios y las viviendas.

Esta estrategia ha creado trabajos, ha hecho crecer nuestra economía y ha contribuido a que Estados Unidos se encuentre en la posición de independencia energética más fuerte de las últimas décadas. Y mientras tanto hemos logrado reducir nuestras emisiones de carbono a niveles que no se habían visto en los últimos 20 años. Es un buen comienzo. Pero por el bien de nuestros niños, debemos hacer más.

Esta semana, lo haremos. En la actualidad, cerca del 40 % de la contaminación de carbono de Estados Unidos proviene de las plantas de generación energética. Sin embargo, hoy por hoy no existen límites nacionales en la cantidad de contaminación de carbono que liberan dichas plantas que existiendo en el aire que respiramos. Ningún tipo de límites. Limitamos la cantidad de productos químicos tóxicos que pueden arrojar al aire y al agua las plantas de generación energética, como el mercurio, el azufre y el arsénico. Pero pueden tirar al aire una cantidad ilimitada de contaminación de carbono sin pagar un centavo. Esto no es inteligente, no es sano y no tiene sentido.

Por esa razón, hace un año ordené a la Agencia de Protección Ambiental que tomara como base los esfuerzos realizados por muchos estados, ciudades y empresas y desarrollara una serie de lineamientos de sentido común para reducir la peligrosa contaminación de carbono proveniente de nuestras plantas de generación energética. Esta semana vamos a dar a conocer estos lineamientos propuestos, que reducirán la contaminación de carbono, el esmog y el hollín que amenaza la salud de las personas más vulnerables que viven en Estados Unidos, entre las que se incluyen los niños y los ancianos. En sólo el primer año que estos estándares hacen efecto, casi cien miles de los ataques del asma serán evitados – y estos números subirán desde allí.

Estos estándares fueron creados de manera abierta y transparente, con el aporte del mundo empresarial. Los estados y los gobiernos locales también intervinieron. A decir verdad, prácticamente una docena de estados ya están poniendo en marcha sus propios programas basados en el mercado para reducir la contaminación de carbono. Y más de 1,000 alcaldes han suscrito acuerdos para reducir la contaminación de carbono de sus ciudades.

De manera que la idea de establecer estándares mayores para reducir la contaminación en nuestras plantas de generación energética no es algo nuevo. Ya es hora de que Washington se ponga al día y avance con el resto del país.

Ahora, los grupos de interés y sus aliados en el Congreso declararán que estos estándares van a eliminar puestos de trabajo y a hundir la economía. Siempre dicen lo mismo.

Pero cada vez que Estados Unidos ha establecido normas claras y mejores estándares para nuestro aire, nuestra agua y la salud de nuestros hijos, las advertencias de los cínicos han resultado erróneas. Nos advirtieron que si hacíamos algo con respecto al esmog que asfixiaba a nuestras ciudades y la lluvia ácida que contaminaba nuestros lagos, acabaríamos con nuestras empresas. No fue así. Nuestro aire está más limpio, redujimos drásticamente la lluvia ácida y nuestra economía creció continuamente.

Estas excusas para no actuar parecen sugerir una falta de confianza en las empresas estadounidenses y en el ingenio estadounidense. Lo cierto es que cuando les pedimos a nuestros trabajadores y a nuestras empresas que innoven, lo hacen. Cuando restringimos los productos químicos de los plásticos que causan cáncer y la gasolina con plomo para nuestros coches, los químicos estadounidenses inventaron mejores sustitutos. Cuando eliminamos gradualmente los gases que estaban mermando la capa de ozono, los trabajadores estadounidenses construyeron mejores refrigeradores y aparatos de aire acondicionado. Las normas de consumo de gasolina que implementamos hace unos años no paralizaron a los fabricantes de coches: la industria automotriz estadounidense se reestructuró y actualmente están vendiendo los mejores automóviles del mundo, con más selecciones de modelos híbridos, eléctricos y con bajo consumo de gasolina que nunca.

En Estados Unidos, no tenemos que escoger entre la salud de nuestra economía y la salud de nuestros niños. Es posible que las reglas antiguas digan que no podemos proteger nuestro medio ambiente y fomentar el crecimiento económico, pero siempre hemos utilizado avances tecnológicos para romper las reglas antiguas.

Como Presidente y como padre, me niego a condenar a nuestros hijos a un planeta que ya no pueda ser salvado. El cambio a una economía energética más limpia no va a producirse de la noche a la mañana y requerirá tomar decisiones difíciles por el camino. Pero una economía energética más limpia con un bajo consumo de carbono puede ser un motor de crecimiento importante en las próximas décadas. Estados Unidos construirá ese motor. Estados Unidos construirá el futuro. Un futuro más limpio, más próspero y lleno de buenos empleos: un futuro en el que podremos mirar a nuestros hijos a los ojos y decirles que cumplimos con nuestra parte de dejarles un planeta más seguro y estable.

Gracias y que pasen un buen fin de semana.     

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