Declaraciones del Presidente en el Instituto del Caucus Hispano del Congreso
THE WHITE HOUSE
Oficina del Secretario de Prensa
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Para publicación inmediata 17 de septiembre, 2009
DECLARACIONES DEL PRESIDENTE EN EL INSTITUTO DEL CAUCUS HISPANO DEL CONGRESO
32º CENA DE GALA Y CEREMONIA DE PREMIACIÓN ANUAL
Centro de Convenciones Walter E. Washington
Washington, D.C.
8:09 P.M. EDT
EL PRESIDENTE: Gracias. Muchas gracias a todos. Gracias. Muchas gracias. Qué honor tan extraordinario estar aquí esta noche. Gracias. Muchas gracias.
Permítanme… permítanme comenzar agradeciéndoles por apoyar a esta maravillosa organización. Quisiera expresar lo mucho que le agradezco a mi ex colega y gran amigo, el senador Bob Menéndez, y a todos los miembros del Caucus Hispano por su sobresaliente labor. (Aplausos).
Deseo agradecerle a la presidenta del Caucus Hispano del Congreso, Nydia Velázquez, por su extraordinaria dedicación y liderazgo. (Aplausos.) Nuestra gran presidenta de la Cámara de Representantes, que ha sido una aliada en cada uno de los pleitos difíciles que hemos tenido hasta ahora, y ninguno de ellos ha sido fácil, pero ella está ayudando a hacer que este país avance, Nancy Pelosi. (Aplausos.) A todos los líderes de la Cámara de Representantes, les estoy muy agradecido. A un par de personas que me robé del Caucus Hispano del Congreso –eran demasiado buenos como para dejarlos en paz: mi gran secretaria de trabajo, Hilda Solís. (Aplausos.) Y mi sobresaliente secretario del Interior, Ken Salazar. (Aplausos.)
Quiero agradecer la presencia de Su Alteza Real, la Infanta Cristina de España, quien está aquí. (Aplausos). Y a nuestra propia realeza, alguien que nos llena de orgullo, alguien a quien he llegado a querer muchísimo y que va a ser motivo de orgullo durante muchos, muchos años porque su periodo de servicio no es limitado, la más reciente jueza de la Corte Suprema, Sonia Sotomayor. (Aplausos.) Gracias.
Bueno, para Michelle y para mí es un gusto enorme estar aquí entre tan buenos amigos. Quisiera felicitar a Marc Anthony, no sólo porque es su cumpleaños… (aplausos)… sino porque está siendo homenajeado esta noche como un artista que no sólo comparte su música, sino su patrimonio cultural con todos nosotros. Estoy seguro de que el premio no tiene nada que ver con el hecho de que Nydia esté loca por ti… (risas). Ella no está sola. Es decir. J.Lo., cuidado. (Risas y aplausos).
También me complace tener la oportunidad de estar aquí para destacar el inicio del Mes de la Hispanidad. Quiero que sepan que mi gobierno está celebrando esta ocasión también. Esta semana, el secretario Salazar encabezará la primera reunión de una comisión que está considerando la creación de un museo nacional para rendirles homenaje a las contribuciones históricas de los latinos en nuestro país. (Aplausos).
Todos los presentes comprenden cuán importantes han sido y serán esos aportes. Por más de treinta años, el Instituto del Caucus Hispano del Congreso (Congressional Hispanic Caucus Institute o CHCI), por medio de becas académicas, becas profesionales y prácticas profesionales, ha procurado la superación de la siguiente generación de líderes latinos. Vine aquí hace un año como candidato y dije que compartía esa meta. Hoy estoy aquí como Presidente para decirles que ésa es una meta que mi gobierno está contribuyendo a alcanzar. (Aplausos).
Y no son palabras vanas. Pueden preguntarles a Ken o Hilda o a cualquiera de los muchos jóvenes latinos y latinas, entre ellos cuatro becarios del CHCI, que trabajan incansablemente en la Casa Blanca, y en todo mi gobierno, a diario. No es por hacer alarde, pero el número de latinos que he nombrado a cargos importantes hasta ahora excede el número nombrado por cualquier otro gobierno en la historia…y todavía no he terminado. (Aplausos). Casi la mitad de los nombramientos, por cierto, han sido a latinas. (Aplausos). Y cada uno de ellos no era sólo el mejor latino para el trabajo, sino que era la mejor persona para el trabajo. (Aplausos).
Y obviamente, uno de los momentos que más me han enorgullecido como Presidente; es más, probablemente, el momento que más me ha enorgullecido como Presidente, fue el día en que la jueza Sotomayor fue investida formalmente al más alto tribunal de nuestro país. (Aplausos). Estábamos parados donde varias generaciones de jueces supremos habían prestado servicios, en esa cámara tan ornamentada. Y cuando levantó la mano derecha para hacer el juramento, nuestra nación dio un paso más hacia la plena realización de los ideales de nuestra fundación, que la Corte Suprema misma tiene como misión defender. Y a lo largo de Estados Unidos, millones de niños están aspirando a más. Sus sueños son un poco más ambiciosos. Y eso nos beneficia a todos.
Ahora, enfrentamos enormes retos como nación. Muchos de esos retos afectan seriamente a los latinos. Pero nuestra capacidad de resolver cualquiera de los problemas que enfrentamos, desde el cuidado de la salud hasta la educación, desde la recuperación económica hasta la reforma de la inmigración, depende de nuestra voluntad de reconocer que compartimos el mismo destino. Hemos visto esto claramente durante esta crisis económica, cuando se entrecruzaron el destino del pequeño empresario promedio y el del inversionista financiero en Wall Street, el de la joven familia que desea refinanciar un préstamo hipotecario y el del gran banco cuyas ganancias dependen de que la familia no termine en ejecución hipotecaria. Pero esto siempre ha sido así, en las buenas y en las malas. Nuestro triunfo siempre ha dependido de nuestra voluntad de ver nuestros retos como algo que tenemos que enfrentar juntos, nuestra voluntad de vivir bajo un simple ideal: Todos somos americanos. Todos somos americanos. (Aplausos).
Porque cuando una joven latina atrapada en una escuela en ruinas realmente empieza a creer que vale menos porque tiene menos, eso no sólo es un problema para esa muchacha. No es sólo un problema para la comunidad hispana. Es un problema para el país. Por eso he alentado a los estados para que eleven los estándares de sus programas de educación inicial, para que más niños entren a kínder listos para aprender. Por eso he hecho un llamado a mejoras continuas con la reforma de las escuelas estadounidenses y a proporcionarles a los alumnos el conocimiento y las destrezas que necesitan para el siglo XXI. Por eso abordaremos la crisis del abandono escolar que afecta a demasiadas comunidades y nos comprometeremos a aumentar el ingreso a las universidades, para que Estados Unidos vuelva a tener la mayor proporción de diplomados universitarios en el mundo. Eso depende en parte de que nos aseguremos de que los latinos y latinas tengan acceso a educación superior, y ése es un compromiso que ha asumido nuestro gobierno. (Aplausos).
Proporcionaremos una educación completa y competitiva a cada alumno, porque nuestra prosperidad como nación requiere que aprovechemos el talento de toda nuestra gente, no sólo algunos. Todos somos americanos. (Aplausos).
Cuando la tasa de desempleo entre latinos supera el 10 por ciento, no es sólo problema de las familias que se preocupan por pagar sus cuentas o retener su casa. Y no es sólo el problema de la comunidad hispana. Es un problema para el país. Por eso la Ley para la Recuperación está recortando los impuestos de familias trabajadoras y ha extendido el seguro por desempleo y el seguro de salud para la gente que ha perdido su empleo. Y por eso no sólo estamos procurando revitalizar esta economía, sino reconstruirla para que tenga más solidez que antes. Al invertir en empleos de energía limpia para el mañana. Al preparar a nuestros hijos para competir y superar a los trabajadores de todo el mundo. Y al darles a todos los estadounidenses la seguridad y estabilidad que trae un seguro de salud de calidad y bajo costo. Todos somos americanos. (Aplausos).
Ustedes saben cuán importante es que se apruebe la reforma del seguro de salud. Ustedes saben que las probabilidades de no tener seguro son más altas entre los hispanos y que los pequeños empresarios hispanos, como todos los pequeños empresarios, están pasando apuros para cubrir costos del cuidado de salud más altos que los de los grandes empresarios y que aumentan constantemente. Así que les agradezco a muchos de ustedes por el apoyo que me han brindado a este esfuerzo desde el comienzo. Pero los problemas de nuestro sistema de cuidado de salud no son sólo un problema de estadounidenses hispanos; son un problema estadounidense.
Por eso les ofreceremos créditos tributarios a las personas para ayudarlas a que puedan pagar su seguro y a los pequeños empresarios para ayudarlos a proporcionarles seguro a sus trabajadores. Por eso les daremos mayor seguridad y estabilidad a los que ya tienen seguro. Porque nadie en Estados Unidos debe preocuparse de la posibilidad de que se cancele su seguro cuando más lo necesite. (Aplausos). A nadie en Estados Unidos se le debe negar el seguro de salud por una enfermedad preexistente. Nadie en Estados Unidos debe irse a la quiebra porque se enfermó. Ése es un principio básico que procuramos defender. (Aplausos).
Ahora, como ustedes saben, ha habido cierta controversia sobre quiénes exactamente estarán cubiertos con la reforma. Y quiero dejarlo en claro: si alguien está aquí ilegalmente, no va a estar cubierto por este plan. Me he comprometido a eso. Pero también quiero dejar en claro lo siguiente: Aunque pienso que no podemos otorgarles cobertura a quienes están aquí ilegalmente, también pienso que no podemos simplemente hacer caso omiso del hecho de que nuestro sistema de inmigración no funciona. (Aplausos). Es por eso que apoyo firmemente que quienes están aquí legalmente tengan acceso a seguro médico de calidad y bajo costo con este plan, como todos los demás. (Aplausos).Y ciertamente, no debemos permitir que este debate sobre el cuidado de salud –que es esencial para los estadounidenses hispanos y los estadounidenses–, se ponga de lado como resultado de los actos de quienes procuran explotar las divisiones y eliminar la reforma a toda costa. Eso es lo que siempre tratan de hacer.
En todo caso, este debate destaca la necesidad de aprobar la reforma integral de la inmigración y resolver el problema de 12 millones de personas indocumentadas que viven en este país de una vez por todas. Eso es lo que he dicho desde un comienzo. Eso es lo que digo esta noche. (Aplausos).
Le he pedido a la secretaria Janet Napolitano que dirija la conversación con las partes interesadas dentro y fuera del Capitolio. Y sé que se ha reunido con muchos de ustedes. Éste es un asunto difícil –todos estamos conscientes de ello–, motivo por el cual es tan importante que formulemos la estrategia y la política que harán que alcancemos la meta. Mi compromiso es auténtico, como también lo es mi deseo de lograr esto. De hecho, los cambios que he hecho administrativamente ya están teniendo un impacto. El pueblo estadounidense no nos mandó a Washington para que no les prestáramos atención a los problemas simplemente porque son difíciles. Nos enviaron aquí para que los resolviéramos. Y eso es lo que podemos y debemos hacer con la reforma de la inmigración. (Aplausos).
Con respecto… con respecto a todos estos temas, ustedes comprenden lo que está en juego, pues lo han visto y han sentido en sus comunidades todos los días. Ya sea con la reforma del seguro médico o la reforma de la inmigración, reparar nuestras escuelas o reactivar la economía, es esencial que pongamos de lago lo mezquino y partidista, que no caigamos presa de los argumentos que nos pueden dividir, que pueden indicar que el progreso en Estados Unidos depende de juegos en los que la ganancia de uno solo resulta de la pérdida de otro. Porque sabemos que no es cierto. Sabemos que aquí en Estados Unidos, sólo podemos prosperar como una nación, como un pueblo. Sabemos que aquí en Estados Unidos salimos adelante o fracasamos juntos. Todos somos americanos. (Aplausos).
Nuestro llamado es poner de lado la política del momento y hacerles frente a los desafíos de nuestros tiempos. Es por eso que estoy aquí. Es por eso que el Caucus Hispano del Congreso está aquí. Es por eso que todos ustedes están aquí. Porque yo sé y ustedes saben que esta nueva generación de líderes hispanos –el objetivo de esta reunión y esta organización–, todos ustedes saben que no trabajaron tan arduamente y llegaron tan lejos simplemente para ser espectadores de la historia. Vinieron aquí para hacer historia. (Aplausos). Juntos, eso es lo que podemos hacer. Juntos, es lo que debemos hacer. Es lo que ya estamos comenzando a hacer.
Tengo la absoluta confianza de que si todos nosotros trabajamos juntos, si todos nosotros apoyamos el extraordinario esfuerzo de los miembros del Caucus Hispano del Congreso, si ustedes apoyan los esfuerzos de este gobierno para solucionar de una vez por todas los problemas de nuestro sistema de inmigración y mandar a nuestros muchachos a la universidad y asegurarnos de que la gente pueda retener sus casas y que existan oportunidades laborales para todos, y no sólo para algunos; si podemos mejorar el tono del debate de manera que no alcancemos victorias políticas simplemente al atacarnos unos a los otros, si ésa es nuestra actitud, nada nos puede detener. Piensen en lo lejos que hemos llegado… pero nos queda mucho más por hacer, nos queda tanto… queda un camino mucho más largo por recorrer. Dependerá de todos ustedes. Y agradezco la oportunidad de ser su aliado en este extraordinario recorrido.
Muchas gracias a todos. Que Dios los bendiga y que Dios bendiga a Estados Unidos de Norteamérica. Gracias. (Aplausos.)
FIN 8:26 P.M. EDT