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Extractos de las Declaraciones del Presidente Obama en la Universidad Carnegie Mellon

Versión preparada -

Estados Unidos no se queda de brazos cruzados. Seguimos avanzando. Por eso he dicho que a medida que salimos de esta recesión, no podemos volver al estatus quo previo a la crisis. No podemos volver a una economía que dependa tanto de las burbujas y el endeudamiento y la especulación financiera. No podemos aceptar el crecimiento económico que deja a la clase media con más deudas y menos ingresos. Debemos construir nuevos y más sólidos cimientos para el crecimiento y la prosperidad, y eso es exactamente lo que hemos estado haciendo en los últimos dieciséis meses. 

Son cimientos basados en inversiones en nuestra gente y su futuro; inversiones en la capacitación y educación que necesitamos para competir; inversiones en una infraestructura del siglo XXI para Estados Unidos, desde ferrocarriles de alta velocidad hasta Internet de alta velocidad; inversiones en investigación y tecnología, como energía limpia, que puedan generar nuevos empleos y nuevas exportaciones y nuevas industrias.

Estos nuevos cimientos también se basan en reformas que harán que nuestra economía sea más sólida y nuestras empresas más competitivas; reformas que reducirán los costos de la atención de salud, afianzarán nuestro sistema financiero, y llevarán a nuestro gobierno a estar menos sobrecargado de deuda.

Ahora bien, algunos de ustedes quizá hayan notado que hemos estado construyendo estos cimientos sin mucha ayuda de nuestros amigos del otro partido. Desde nuestros esfuerzos por rescatar la economía hasta la reforma del seguro médico, a la reforma financiera, la mayoría de ellos se ha sentado al margen y gritado desde la gradería. Han dicho no a recortes tributarios para pequeñas empresas; no a créditos tributarios para matrículas universitarias; no a inversiones en energía limpia. Han dicho no a proteger a pacientes de las compañías de seguro y a los consumidores de los grandes bancos.

Pero para ser justos, gran parte de la oposición del otro partido a nuestro plan de gobierno también ha estado arraigada en sus sinceras y fundamentales convicciones sobre el gobierno. Creen que el gobierno no tiene función alguna—o si la tiene, es limitada—en ayudar a este país a enfrentar nuestros desafíos colectivos. Es un plan que básicamente ofrece dos respuestas a cada problema que enfrentamos: más recortes tributarios para los acaudalados y menos normas para las corporaciones.

Al acercarse noviembre, los líderes del otro partido harán campaña frenéticamente con el mismo argumento económico que vienen presentando desde hace décadas. Afortunadamente, no es necesario retroceder muchos años para ver cuál es el resultado. Durante gran parte de los últimos diez años, tratamos de hacer las cosas a su manera. Otorgaron créditos tributarios a millonarios que no los necesitaban, y no compensaron fiscalmente por la pérdida de ese ingreso. Debilitaron las normas y pusieron a personas con intereses en un sector a cargo del propio sector. Escatimaron en los gastos para energía limpia y educación; en investigación y tecnología. Y a pesar de todas sus actuales lecciones de moral sobre la necesidad de reducir el gasto, se trata del mismo grupo de gente que tomó el superávit récord de $237,000 millones que el Presidente Clinton les dejó y lo convirtió en un déficit récord de $1.3 billones. 

Entonces, ya sabemos a dónde nos llevaron sus ideas. Y ahora tenemos una opción como nación. Podemos volver a la fallida política económica del pasado o podemos seguir forjando un futuro más sólido. Podemos retroceder o podemos seguir avanzando.

No sé qué piensan ustedes, pero yo quiero seguir avanzando.…

Quizá resulte ser que la causa de la catástrofe que en estos precisos momentos ocurre en el golfo fue error humano o de corporaciones que hicieron las cosas de manera rápida y fácil, y pusieron en peligro la seguridad. Pero tenemos que reconocer los riesgos inherentes de perforar 4 millas por debajo de la superficie de la Tierra, riesgos que sólo van a aumentar a medida que la extracción de petróleo se haga más difícil. También tenemos que reconocer que un Estados Unidos que dependa únicamente de hidrocarburos como combustible no debe ser la visión para nuestros hijos y nietos. 
 
...Ha llegado el momento de que, de una vez por todas, esta nación opte plenamente por un futuro de energía limpia. Eso significa continuar nuestros esfuerzos sin precedente para hacer que nuestras casas y empresas, nuestros autos y camiones sean más eficientes en el uso de energía. Eso significa utilizar nuestras reservas de gas natural y seguir adelante con nuestro plan de expandir el número de plantas de energía nuclear en nuestro país. Y significa retroceder miles de millones de dólares que se le han dado en recortes tributarios a las petroleras para darle prioridad a la inversión en investigación y desarrollo de energía limpia.
 
Pero la única manera en que la transición a la energía limpia tendrá éxito es si el sector privado se compromete plenamente a este futuro, si se invierte capital de manera generalizada y si damos rienda suelta al ingenio empresaria. Y la única manera de hacerlo es finalmente ponerle un precio a la contaminación con carbono.
 
...La Cámara de Representantes ya ha aprobado un proyecto de ley integral sobre energía y clima, y ya hay un plan en el Senado, un plan formulado con ideas de demócratas y republicanos, que lograría estas mismas metas. Puede ser que no existan los votos en este momento, pero tengo toda intención de buscarlos en los próximos meses. Argumentaré a favor de un futuro de energía limpia en donde pueda, y trabajaré con cualquier miembro de ambos partidos para lograr que esto se apruebe. Pero lo haremos. La próxima generación no será prisionera de los recursos energéticos del siglo pasado. No retrocederemos. Avanzaremos.